En este blog encontrareis, recuerdos, muchos recuerdos de vivencias pasadas en la vida, comentarios, artículos, noticias, y opiniones en general sobre esta época que me ha tocado vivir.
Todo ello con mi mayor respeto hacia todo el mundo.
Hoy me a dado por dar a conocer esos establecimientos y a esas personas que los atienden y regentan, esos que solemos hacer en nuestros recorridos callejeros, esos que realizamos con frecuencia o a diario nuestras visitas, son esos lugares que visitamos por un u otro motivo, y tratamos y charlamos con esas personas que nos atienden con asiduidad. He aquí varios de ellos con sus personajes que dirigen o bien atienden el lugar.
Carnicería Juan e Isi
Este matrimonio de Talavera la Real son los dueños y regentes de una carnicería que se encuentra en la Ronda del Pilar de la ciudad de Badajoz, es esa que nos acoge en su puerta con ese reclamo sencillo de una vaquita con su cencerro que les encanta a los niños tocarlo. Estas dos personas personas mantienen con su clientela (entre los que me encuentro) un trato exquisito y casi familiar, son amables, campechanos, consejeros y siempre con un gran humor, les da igual que no tengan un buen día o hayan tenido que aguantar algún cliente desagradable, son simplemente geniales con el público, siempre están sonrientes. Muchas gracias por vuestro servicio, amigos. Esta es simplemente mi opinión, otros tendrán la suya, pero este es desde luego mi pensamiento sobre ellos.
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Carrefour Express
Estas cinco personas son las que suelen atender al público en ese supermercado de Carrefour Express que se encuentra en la Ronda del Pilar de nuestra ciudad, este es un establecimiento donde suelo entrar casi a diario, un lugar donde la atención y el trato de ellos, es digna de resaltar, donde los clientes no somos un número, pues ellos nos saludan con nuestro nombre. Vanesa y Silvia son encantadoras, serviciales, atentas y además dicharacheras y con muy buen humor. Julio y Álvaro son dos tipos muy agradables que te asesoran y ayudan a elegir lo que no eres capaz de encontrar, son desde luego, dos trabajadores incansables. Raúl es "el hijo del amo", como yo suelo decirle en broma, pues su padre Emilio, es el gerente del supermecado, actuación que él realiza en su ausencia, a pesar de su juventud es un joven muy activo y también realiza trabajos, ayudando a sus compañeros. Siempre es satisfactorio que nos atiendan con una sonrisa y palabras agradables, y vosotros lo hacéis, lo bordáis, muchas gracias a los cinco, sin excepción alguna por ello, amigos.
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Estanco y Loterías Puerta Pilar
Este Estanco y Loterias Puerta Pilar, se encuentra situado en la calle Zurbarán haciendo esquina con la Ronda del Pilar, al que suelo ir diariamente, dispone para la venta además de tabaco, todo tipo de complementos relacionados con este sector, así como aperitivos variados, todo tipo de snack, bollería, productos de alimentación de fácil preparado, picos, pan, bebidas y helados.. Son especialistas en máquinas de tabaco destinadas a la hostelería, gasolineras y otras tiendas de conveniencia, y por supuesto cuenta también con Administración de Loterías. Estaba anteriormente atendido por esa pareja que forman Sofía y Paco (dos bellísimas personas, a los cuales por diversos motivos, les estoy muy agradecido), los cuales cedieron la regencia a Antonio (su titular, hoy día), y forman la plantill Pablo y Alejandro distribuidos en diversos turnos bien de mañana o de tarde, son unas personas (los tres), con una amabilidad exquisita, consejeros, sonrientes y siempre con buen humor, a los que ya con el tiempo, les considero mis amigos. Muchas gracias por esa atención que demostráis y por supuesto confianza.
Bar Rivero
Este café-bar situado en la Ronda del Pilar, frente al Centro de Salud, suelo frecuentarlo casi diariamente, está atendido por estas dos personas (tío y sobrina), cada una de ellas con su cometido, a las cuales he tenido el placer de conocerlas hace ya varios años, y desde entonces compartir una buena amistad.
Aurelio, (el dueño y señor del cotarro), el cual ha escogido este trabajo que es uno de los más duros, a pesar de ello, tiene un trato agradable, servicial y ameno con su clientela, él ya conoce lo que toman los clientes asiduos y lo sirve rápidamente sin preguntar. Personalmente le estoy muy agradecido por su trato y amabilidad y sobre todo por esa confianza que me otorga. Muchas gracias por ello Aurelio.
Mamen, es la encargada y dirigente de la cocina, en la cual es una maestra en el arte culinario, como lo demuestran esas tapas, desayunos, comidas, etc., además asiste tanto la barra, como las mesas del interior y exterior. Es una gran profesional, rapidez, amable en el trato, y nunca apaga esa sonrisa que la caracteriza, con la clientela. Gracias Mamen, muchas gracias por tu amistad.
Sois unos verdaderos profesionales del gremio de la hostelería, y espero seguir compartiendo con vosotros ese "ratito" mañanero por muchos años más.
Ángel Correa Blanco, nació en Badajoz en 1947, concretamente en la calle Las Peñas hoy llamada de Eugenio Hermoso donde hizo grandes amistades en su infancia y juventud, estudió en el colegio Lope de Vega conocido como el colegio Los Pinos ubicado en Ronda del Pilar, allí fue donde nos conocimos a finales de los años 50.
Quiero recordar que su afición por el fútbol le llevó a jugar en aquel equipo del Careva y como la mayoría de los muchachos de nuestra época jugó muchas veces en la Metalúrgica "la Meta", donde seguíamos coincidiendo. También era un gran aficionado al Club Deportivo Badajoz y a la pesca donde disfrutó mucho de este deporte y de la naturaleza en La Codosera.
Después de realizar el servicio militar que por cierto lo hizo en Melilla durante 14 meses, se incorporaría al mundo laboral como comercial de diferentes empresas o viajante que se decía por aquel entonces. Pero ya cansado de ese duro trabajo por estar tanto tiempo fuera de su casa, lejos de su mujer y de sus dos hijos, empezó su trabajo en el llamado entonces Hospital Infanta Cristina como pinche de cocina y después de celador, además también trabajó como auxiliar de geriatría, su infinita paciencia, su complicidad, ese don especial, el cariño y protección que tenía con los mayores le hicieron muy feliz en su trabajo.
Ángel tristemente nos dejó en abril del año 2011 con 63 años, solo disfrutó dos años del mayor de su nieto, Mario, con el que le unía la afición por el fútbol y el Badajoz, siempre se estará presente su carácter afable, su humildad, su sonrisa, su humor y su simpatía.
Quisiera expresarte aquí mi humilde agradecimiento a esa amistad que tuve el placer de compartir contigo desde la infancia, con este humilde homenaje a tu figura, y con recuerdos para tu mujer María José, tus hijos Ángel y Juan Pablo y tus nietos Mario, Daniela y Pablo.
Ese tramo de tierra metido en el río, entre las márgenes del arroyo Rivillas y la desembocadura del río Gévora. Ese bonito lugar que hace años era idóneo para los baños y los pescadores, así como también un poquito de ocultación para que aquellas parejas de jóvenes pasaran un día romántico.
Foto proporcionada por Miguel Quitales
Aunque los más jóvenes no lo conocieran o bien no lo recuerden, era una zona donde los pacenses acudían habitualmente. En esta área se bañaban en el Guadiana cuando las aguas eran cristalinas, montaban en barcas para cruzar el río e incluso acudían a fiestas los fines de semana.
Foto proporcionada por Miguel Quitales
Lo que más recuerdan muchos pacenses es la caseta Chicago y la de Sixto, unos quioscos míticos que había en el Pico y que celebraba bailes los sábados, que fueron muy popular y un punto de encuentro imprescindible para los jóvenes durante unos años.
Foto de Pesini en los años 70
También era habitual ver barcas pasear por el río y parar en el Pico, era una visita habitual. Otro uso que tenía este espacio era para los más espabilados de la ciudad, especialmente los jóvenes. Una práctica habitual era ir hasta el Pico andando y pasar nadando a la playa del Guadiana, que estaba en la otra orilla, así se podía entrar en la zona reservada sin tener que pagar.
Hoy me ha saltado de la "mochila de recuerdos" aquella zona de aquel Guadiana que tanto disfrutamos, no es otra que el Embarcadero, debido a ello me considero obligado a descargarlo para aliviar un poquito el peso de ella.
Los caminos que más utilizábamos para llegar a él eran Ctra. de Circunvalación, Puerta Palmas o la calle Joaquín Sama más conocida como la calle del Río, sobre todo esta última, en la que los bañistas se aprovisionaban al pasar de aquellas afamadas e inigualables aceitunas machadas y patatas fritas artesanales que producía en su casa aquella entrañable figura que era la señora Mercedes Rico López, la cual era conocida popularmente como la Loba, debido a que ese era el segundo apellido de su padre.
Hasta la construcción del Puente de Palmas en el siglo XV el Guadiana se atravesaba en barcas, o en épocas de estiaje por los numerosos vados existentes en su cauce. Aunque las barcas siempre fueron consustanciales con él, esas barcas que como modelo característico se impuso desde antiguo la de forma romboidal de fondo plano. Esa silueta de su frágil ingeniería resultaba familiar en el Guadiana y con ella la de sus armadores y capitanes, los populares barqueros que a fuerza de brazos transportaban a las personas de una orilla a otra, entre los cabe recordar a los Feijoó, el Bicicleta, el Chato, Jacinto Cruz "el Vera", Emilio Virela, Papeles, el Buzo, Manuel Chaparro, y otros.
Aquellas barcas de zinc forradas de madera que flotaban maravillosamente y era imposible que se hundieran (todavía no sé porqué eran insumergibles), esas que alquilábamos por 25 Pts. la hora y nos daban un recipiente de lata o un plato de porcelana para achicar el agua que le entraban. Nos lanzábamos al agua desde ella y para volvernos a subir nos agarrábamos a aquella cadena de fondeo que llevaba.
Que decir de aquellas casetas para dejar la ropa, utensilios y que servian tapas y bebidas, como las de Antonio Alfonso (esta también alquilaba bañadores), de Jacinto Cruz "Vera", de José Núñez "el Bicicleta" y la de bebidas a la entrada de arriba de Cadenas.
Aquellos pinos que disfrutábamos bajo su sombra después de bañarnos y jugar al fútbol bajo ellos.
Aquella pared "baranda" de la carretera de circunvalación a su entrada llena de botes de lombrices para su venta a los pescadores que iban a ello, las cuales vendía Tomás Fernández. Que alegría recordar la bajada de aquellos escalones de la entrada con la caseta-merendero de Cadenas a la izquierda.....
Fue para nosotros que lo conocimos, un entrañable lugar, uno de los lugares más familiares y frecuentados del rio, sentados a la sombra de los eucaliptos tan solamente necesitábamos esas someras casetas de los barqueros, en las que los bañistas y demás usuarios que las frecuentábamos pasábamos gratamente el tiempo tomando junto al agua una cerveza, un vaso de vino, unas sardinas o un melón.
Fotografía de Leo García
Qué felíz sería si cuando bajara estas escaleras hoy día, pudiera quedarme en bañador para lanzarme al agua, y nadar hacia esos hermosos rincones como el Pico, al Canal de los Ayala, al brazo de Jamaco, a la Pesquera, a la Playa, a la Isla de los Monos, a la Peña del Ahogado, al Correntón, Entrepuentes las Crispitas, y por supuesto alquilar una barca y darme una vuelta o varias para recordar aquel rio que conocí. Pero pienso que eso no podré volver hacerlo, tan solo me que queda la añoranza y el recuerdo de aquellos maravillosos baños y paseos en barca que pudimos disfrutar.
Inolvidable aquel Guadiana que muchos pacenses guardamos en lo más hondo de nuestro corazón.
En nuestra vida cuando ya tenemos cierta edad y nos hacemos mayores (no confundir con viejos), suelen aflorarnos muy claramente aquellos recuerdos de nuestra infancia y juventud como si hubieran sido ayer, no es nostalgia de ellos, son simplemente eso, recuerdos. Hoy quisiera recordar a varios de aquellos establecimientos hosteleros que en la década de los sesenta, setenta, ochenta y parte de los noventa tenían abiertas sus puertas en nuestra ciudad de Badajoz, son aquellos bares, restaurantes, mesones y cafeterías, que aunque no los frecuentáramos, su lugar y situación los teníamos localizados. Varios de ellos siguen en activo, pero ya reformados y nuevos gestores.
La vida sigue, y en muchos aspectos para mejor, pero yo desde luego, no cambiaría mi vida por otra, ni esos bares de ahora tan higiénicos, tan limpios, donde no se puede fumar, por aquellos de mi juventud.
Seguro que me dejo atrás muchos de ellos, y no es porque no existieran, sino simplemente porque no los recuerde en este momento.
Así que desde aquí pido vuestra colaboración para recordarlos y si dispusierais de algunas fotografías de esos lugares para incluirlas en esta página. Muchas gracias a todo/as de antemano.
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En la zona de la parte alta de la ciudad quiero recordar a: el bar El Cacharrero, el bar Casa Ortega y el bar Talavera en la Plaza Alta, la Bodega San José (Salvatierra) en la Plaza de San José, el mesón de Terrón Galache, el mesón de Feliciano Cuadrado, el mesón de Fernando Márquez, el bar El Laurel de Baco, el bar El Gato Negro, el bar El Pájaro Verde, la Cervecería Pacense y el bar Los Navegantes en la calle San Pedro Alcántara, el bar Micha y el Mesón el Arco en la calle Soto Mancera, el Mesón de los Castúos en la calleja de San Pedro Alcántara, la taberna de Doña Purita y el bar de Miguel Ortega en la calle Moreno Zancudo, el bar Nene, el bar X y el bar de Vicente en la calle Concepción Arenal, el bar Gasógeno (después el bar Chispa y bar Eloy), el bar Calatrava en la calle el Brocense, el bar Frontera en la calle San Lorenzo.
Ya en la zona del centro quiero recordar a: el café Mercantil, el café Mundial, el café Golf, la cafetería Mervic, la cafetería-restaurante Colón, la cafetería-restaurante El Águila, el quiosco de bebidas "Los Culos" (que llevaron Pedro, Manolo y Pepe), la cafetería- restaurante La Ria en la Plaza de España, la cafetería Saymu en la calle Obispo San Juan de Rivera, el bar Amigos del Guadiana, el bar 47 y el bar Las Cadenas en la calle José Lanot, el bar Sama y el bar Ruano en la Plaza Santa Ana, el bar de Antonio y el pub La Madrugá en la calle Santa Lucía, el bar Escorial, el bar París, el bar Deportivo del Jamón y el bar España en la calle Santo Domingo, el bar El Tigre (anteriormente el Barco) y el bar Jerusalén en la calle Eugenio Hermoso, el Gran Café Victoria y el bar Las Dos Victorias en la calle San Juan esquina con la Sal, el bar Los Caracoles, el bar Ideal y el bar La Bota de Oro en la calle Bravo Murillo, el bar El Panadero. el bar Novelty, el Club 67, el Pub Oliver, el Mesón del Labrador y la Corchuela en la calle Meléndez Valdés, el bar La Mandanga, el bar El Pardo, el bar Las Lanzas, la Peña Flamenca (de Honorio), los restaurantes Jamaco y Los Gabrieles en la calle Vicente Barrantes, el restaurante El Sótano en la calle Virgen de la Soledad, la Casa Pedro Arroyo y el bar Rivero en la calle Menacho, la cafetería Veracruz y el bar Fátima en la calle Francisco Pizarro, el bar de Manolo Rubio y el bar El Foco en la calle Guardia Civil, el bar El Faro y el bar Guadiana en la Plaza Reyes Católicos, el bar Palma en la calle Espronceda, el bar Charla en la calle De Gabriel, el bar Caya en la calle Melchor de Évora, el bar Lisboa, el Mesón el Cazador y la Gamba de Oro en la calle Donoso Cortés, el bar Las Cancelas y el bar Parra en la calle Hernán Cortés, el bar Córdoba (después bar Fígaro), el bar Salas y el bar Anás en la Plaza de Cervantes, el bar El Pardo y el bar La Cabeza del Toro (posteriormente La Bruja) en la calle Sepúlveda, el bar Amancio, el bar La Moska y la Peña Flamenca en la calle San Blas, el bar Ronda, el bar La Ponderosa, el bar Chamizo (de Pepe) y el Mesón El Quijote en Ronda del Pilar, el bar Coliseum y el bar El Tercio en la calle Trinidad, el bar El Jueves en la calle Arco Agüero, el bar El Quite en la calle Cristóbal Oudrid, el pub Saylor's en la calle Bartolomé J Gallardo, el bar Galán, bar Morán, bar Los Conos y el bar El Nene en la calle Vasco Núñez, el bar La Paciencia (Eugenio Sancho), el bar Chipen, el bar Unión y el bar Córdoba en la calle Felipe Checa, el bar de Fernando en la calle Benegas, el bar Las Cuevas de Altamira. el bar Doctor Who y el bar Mal de Amores en la calle Doctor Lobato, el pub Deja Vú (más tarde el pub Paradisso) y el bar La Cuadra en la calle Madre de Dios, el bar de Miguel Alcalde, el Cava de Don Quijote (más tarde sería El Gallo Rojo) y el pub La Topera en la calle Martín Cansado, el bar Torres, el bar Lenguagorda (de Francisco Gutiérrez), el bar El Farol, el bar El Cortijo (de Gabriel Cacenebo), el bar El Rincón de Manolo y el Mesón el Tronco en la calle Muñoz Torrero, el bar Cristobal en la calle Prim, la taberna de Tabares, el bar Acción Católica y el café Bambalinas en la calle Ramón Albarrán, el bar de Antonio en la calle Santa Lucía, el pub Alan Poe en la calle Tardío, el bar La Cochera (de Galindo), el bar Luiqui, el bar Palomo, el bar Mónaco, el bar de Ramón, el bar Méndez, la Bellota de Oro, Los Corales, el Hogar Cacereño, el Pichi, el Trocadero, el Surtidor, el Cókolo (después el Morocco y la Sala Mercantil), el bar el Puerto, el bar Chin Chin, el KU y el mesón El Boche en la calle Zurbarán, el bar Leitón y la cafetería La Galería (esquina con Arias Montano) en la calle Montesinos, el bar Los Balconcillos en la calle Alonso de Celada, la taberna de Galo y el bar Inerzia y el bar Yordi en la calle San Sisenando, el bar Manolete en la calle Porrina de Badajoz, el bar La Alegría, la Vinícola y la taberna de Servando en la calle San Gabriel.
En la zona de San Roque y Picuriña quiero recordar a: el bar Sevilla, el Mora, el Bar Club (de Don José), la Cantina del Moro en la Avda, Ricardo Carapeto, el bar Chispa en la calle General Mola, el Mesón el Paleto en la calle Alfonso XIII, el bar la Gallega en la calle El Manzano, el bar El Camionero en la calle El Ciruelo, el bar Caragato y el bar La Albuera en la calle Alazán, el bar La Corte, el bar Chávez (de Pepe), la Cantina de Amalio (hoy el Triángulo), el Pequeño Casino en la Ctra. de la Corte, el bar Aguinaco en la calle Granada, el bar Chele (el Pato), el bar Arroyo, el bar Pecos, el bar de Novelty y la Cantina Peluca en la Ctra. de Sevilla, el bar Lozano y el bar Asturiano en la calle Vicenta García de Miranda, el bar Mejias en la Picuriña, el bar Guerrero.
En la zona de orilla derecha del Guadiana quiero recordar a: la cantina de Cuatro Caminos y el bar con ese nombre, el bar Chicago en la calle Torres Naharro, el bar Joven, el Mesón Zacarías y el Mesón Dulcinea en la avenida Manuel Saavedra Matínez, el bar Chaves en la Avda. Augusto Vázquez, el bar El Refugio el Padre Tacoronte, el bar La Playa en la calle Gurugú, el bar Chaparro en la calle Ntra. Sra. de la Asunción, el bar Estoril, el bar Olivera y bar Cárdenas en la Avda. Carolina Coronado, cafetería Pipo's en la Avda. de Elvas, el bar Los Pozos en la calle Cardenal Cisneros, el bar Sol en la Avda del Sol (800 Vvdas), el bar España en la Plaza de la Iglesia (800 Vvdas), la cantina de Machivirito (de Merino) en la Ctra. de San Vicente, el bar Damas en el polígono El Nevero, el bar de Pepe y el bar California en la calle Ntra. Sra. de Bótoa.
En la zona de María Auxiliadora quiero recordar a: el bar Julio (después sería El Lamprea), el bar Manolo y el bar El Serrucho en la Ctra. de Olivenza, el bar Corneta y el bar Rentero (posteriormente sería bar Camacho y más tarde El Campeón) en la calle Jacobo Rodriguez Pereira, el bar del Carbonero, el bar El Retiro y el Mesón del Perla en la calle América, el bar Pilo, el bar Gitanillo y el bar Garcia en la calle Vicente Delgado Algaba, el bar el Galeón en la calle El Viento, el bar el Volante en la calle Linares, el bar Guerrero en las traseras de la calle América, el bar Esponja en la calle Manuel Saldaña, la Cantina del camino de las chumberas, el bar Monroy en la Ctra. de Valverde y el pub Wellington en la Avda. Juan Pereda Pila.
En la zona de Antonio Domínguez, Pardaleras y Santa Marina quiero recordar a: el bar Cachola y el bar Sol en lo llamado Llano de Cachola, el bar de Cirilo, el bar de Adrián y el Arco Iris en la calle Camino Calamón Bajo, el bar Oliva, el bar de Palmiro, el bar El Paso en la Avda. de Pardaleras, el bar El Pilar en la calle Antonio Montero, el pub-bar Red Jacket (la Chaqueta Roja) y la cafetería Mervic en la Avda. de Huelva, el bar Z (después sería bar Luque) y el bar Gutmore en la Avda. Juan Pereda Pila, la cafetería Montoba (después Paco Miño), el bar Kiny (después el Niza) y el pub El Golpe en la Avda. de Villanueva, la cafetería Brasília y el pub La Barraca en la calle República Argentina, el bar Ducati en la Avda. Juan Sebastián Elcano, la cafetería Careva en la Avda. de Colón, el bar Pasaje (de Manolo) en el Pasaje de Colón, el quiosco La Pajarera en la calle Regino de Miguel, el bar Kalty Club en la calle Adelardo Covarsí, el pub Tienza (después Picapiedra) y el pub Candas en la calle San isidro, el pub Scherezade en la calle Francisco Luján, los pubs La Bruja, Pirámide y El Punto en la Plaza de Conquistadores, el pub Trenti, el pub Sonata y el bar de Luis en la calle Rafael Lucenqui, el pub Carmen y el pub Cora en la calle la Bomba, el pub Quercus en la calle Adelardo Covarsí, el bar Sirocco y el pub Big Ben en la calle Enrique Segura Otaño, el disco-pub Moustache (posteriormente La Leyenda), el pub Tú Sí Que Sabes, el pub Tangaroa y el pub Jarana en la plaza de los Alfereces Provisionañes, el bar Granada en la calle Cuartel, el mesón Rancho Grande en la Avda. del Perú.
Un pequeño resumen de ellos
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He aquí varias imágenes de ellos
Muchísimas gracias a todas esas personas que han tenido la gentileza de proporcionármelas o bien dejarme compartirlas.
