Hablar de aquellos cines que tuvimos y disfrutamos se vuelve algo nostálgico cuando ya nada es como lo recordamos, esos lugares donde pasar las tardes frías de domingo en los de inviernos, o aquellas noches calurosas en los de verano por un módico precio, esas carteleras a todo color en la puerta que te invitaban a entrar, o simplemente la posibilidad de ir andando porque siempre había alguno cerca de casa en el barrio.
Mejor o peor según para quien, lo cierto es que los tiempos no van andando, los tiempos corren, pues la tecnología avanza y las costumbres se ven modificadas.
Una ciudad como Badajoz llegó a rondar casi la veintena de cines entre los de invierno y los de verano repartidas por diferentes barrios. Hoy la realidad es muy distinta, ya no nos queda ninguno, tan sólo tenemos una sala de multicines en la Avenida de Elvas o alguna vez que otra en la Terraza del López, así como en la zona del río, mientras que el resto de cines por uno u otro motivo han desaparecido.
En la época de mi infancia, adolescencia y juventud el cine era el espectáculo por excelencia, la radio era una maravilla que se escuchaba en casa, de vez en cuando había circo, a mí nunca me gustó demasiado, y salvo el fútbol que llenaba las emisoras y el viejo Vivero los domingos por la tarde, no había más espectáculo que el cine en esta nuestra ciudad.
En Badajoz teníamos entonces seis cines de invierno, el Lopez de Ayala, el Menacho, el Pacense, el Cinema España (Royalty), el Avenida y el Conquistadores.
Los cines de verano sin embargo, teníamos una amplia gama de ellos, la terraza del "Lope", el de la Plaza de Toros, el San Fernando y el Ideal en la estación, el Santa Marina, en la calle Regino de Miguel, el Goya, en la calle El Nardo en Pardaleras, el Autopista, en las traseras de la iglesia de San Juan de Rivera, el Avenida en el inicio de Juan S. Elcano, y en San Roque teníamos el Jardín en la calle Isidro Pacense, el Paraíso en la calle Gabino Tejado, y el San Roque el que después sería el cine Avenida y todos eran cines modestos, donde las sillas eran de madera y posteriormente de chapa, y el suelo de tierra (salvo en la terraza del “Lope”),
Una costumbre muy extendida era llevar pipas al cine donde se comían, donde en los cines de invierno se ponía el suelo perdido con las cáscaras originándose un ruido cada vez que entraba o salía alguien al pisarlas, era constante la entrada y salida de gente debido a la sesión continúa, con lo que en muchas ocasiones te molestaba no sólo el ruido de las cáscaras de pipas sino también las personas que pasaban por delante.
Aquellos cines ya en nuestra adolescencia avanzada, además de disfrutar de aquellas películas de romanos y vaqueros, también fue un refugio para aquellos primeros roces amorosos, ya que en las últimas filas empezábamos a aproximarnos al amor y al escarceo.
Estos son los cines que conocimos, el que vivimos en nuestra infancia, adolescencia y juventud, o sea que para esos que ya peinamos canas, hace de ello ya algún tiempo.
Fotografía cedida por Angel Galan Mendez
Teatro - Cine López de Ayala
Teatro - Cine Menacho
Cine Conquistadores
Cine Ideal
Cine Pacense
Cine Terraza López de Ayala
Cinema España
oooooooooooooooooooo
Como todo lo que publicas fenomenal y te dire Pedro, que yo tengo el Carnet de Operador de Cinematografia y estuve llevando todos los años, salvo los dos veranos finales el Cine Autopista en plan altuista para sacar fodos para la Paroquia de nustro barrio Pardaleras.
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