A mi Pedro, mi Pedrito, mi Junior, ese nieto querido que mantendrá el apellido en las próximas generaciones, a ese que un día como hoy tuve la dicha de verle por primera vez, y ahora que ya es mayor, quiero que sepa el orgullo que tengo de llamarte MI NIETO.
Cuando se produce el maravilloso acontecimiento del nacimiento de un nieto, absolutamente toda la familia se siente muy feliz y los abuelos no podemos evitar la felicidad de los recuerdos que nos proporcionaron nuestros hijos cuando eran pequeños, y volcamos de manera incondicional todo el cariño que sentimos por sus padres de estas pequeñas y encantadoras criaturas que nacieron en el seno de la familia.
Porque ver con orgullo cómo un nieto crece y se va poco a poco haciendo mayor es una gran satisfacción para todos los abuelos.
Es como volver a ver crecer y hacerse hombre o mujer a un hijo o una hija, después de pasado tanto tiempo y volcar todo su cariño en los pequeños, ahora que tenemos más tiempo libre para dedicarle en exclusiva nuestros cuidados y nuestros mimos, que a veces, incluso parecen excesivos para sus padres.
Los hijos nos llenan el alma de alegría, y los nietos la desbordan de felicidad.
Hoy yo te quiero felicitar Junior por alegrarnos tanto a tu abuela como a mí, la vida cada día.
¡Muchísimas Felicidades!
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