A MI MAESTRO DE RECUERDOS : D. JOSÉ CORREA TABARES

Es para mí un placer y un deseo poder recordar aquellos momentos que nos resultan agradables y que nos producen buenas sensaciones, por ello cuando vemos fotografías de momentos y lugares del pasado, sentimos alegría, euforia e incluso a veces deseo de volver a repetir la experiencia.

Debido a ello me siento obligado a compartirlos, sobre todo en particular para aquellas personas que tuvieron que dejar su ciudad y llevan echándola en falta desde hace muchos años, y piensan en la idea del regreso a casa, ya que de pronto, uno se siente invadido por imágenes, resonancias, palabras o sensaciones del ayer, y nos damos cuenta de que no es un mero ejercicio de la memoria, pues acompañando esos trazos de vida vivida, amanecen vagas emociones que parecen instalarse definitivamente en nuestro interior. 

Ocurre entonces que de aquellas emociones imprecisas despierta un enorme sentimiento que cubre todo nuestro ser con su presencia. 

Es como si de golpe todo el pasado vivido quedara resumido en esa estampa agridulce, como si el tiempo se atorara con el único propósito de meternos en la encrucijada de ser lo que ya no podemos ser.

Entre las múltiples experiencias que nos permite nuestro mundo emocional se encuentra el sentimiento de nostalgia, el cual es un viaje imposible, pero añorado hacia nuestro pasado.

Quisiera agradecer desde aquí a esa persona que al observar sus recuerdos de esos tiempos vividos y de sus conocimientos de nuestra ciudad de Badajoz, despertó en mí esos deseos de compartir tantos recuerdos de nuestra vida que acaparamos guardados, según él, en la mochila llena de ellos que llevamos de por vida a nuestras espaldas, esa persona no es otra que mi admirado y gran amigo que fue:

 Don José Correa Tabares 

Gracias, muchas gracias por haber despertado en mí, 
esa intención de compartir esos recuerdos que portamos 
Un fuerte abrazo allá donde estés Pepe. 

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