Las amas de casa son aquellas personas que compaginan duramente y como pueden el mantenimiento de su hogar, con su trabajo y con el cuidado y atención de sus pequeños, este "oficio", sin renumeración alguna y que está muy poco reconocido.
El 80% de las mujeres de la década de los 70 que trabajaban dejaban su puesto de trabajo de forma voluntaria en el momento en que pisaban el altar para ser amas de casa.
Eran tiempos en que una familia entera podía vivir del sueldo del marido, dinero que mensualmente la empresa entregaba al hombre en un sobre y que solía entregar a la mujer íntegro, o al menos en gran medida, porque ella era la que se encargaba de administrar los gastos del día a día en el hogar.
Ser ama de casa no es un oficio que todas las personas podrían desarrollar, pues se requiere de algunas habilidades y destrezas para ser una buena profesional de hogar, ya que son muchas las actividades que lleva a cabo diariamente un ama de casa.
Ella se dedica a limpiar, planchar, hacer la compra, cuidar de la pareja, de los niños o de los hijos cuando son mayores, tener a punto las comidas perfectas, mantener la igualdad y la paz en el reino de la casa, todo ello sin pestañear, y no solo eso, sino que el ama de casa llega incluso a dejar en segundo plano su propio cuidado.
La mayor satisfacción para un ama de casa es estar en todas las etapas de crecimiento de los niños, ellas se las ingenian para mantenerlos bien alimentados, están pendientes de sus tareas y los guían hasta que ya son adolescentes.
Las amas de casa son esposas, madres y trabajadoras a la vez, pero también pueden ser esposos, padres y hombres muy trabajadores, de trata de una labor ejercida con amor en pro de la familia.
Para la mayor parte de la sociedad estar en casa es no trabajar, qué atrevida es la ignorancia siempre, así que se debe pensar un poco en ellas, que también les gusta disfrutar, leer, bailar, salir, comprarse sus cosas, navegar en sueños, estudiar, descansar, tener su espacio, ese espacio que casi nunca tienen porque deja que lo ocupen siempre antes todos los demás.
Por ello, tenemos el compromiso de honrar y dignificar su esfuerzo, porque de su trabajo se desprende el desarrollo del núcleo familiar.
Ya va siendo hora de que les otorguemos el poder y ese reconocimiento que les corresponde pues sin duda, es uno de los trabajos más duros, más imprescindibles y más entregados que existen, y eso no debemos olvidarlo nunca. ¡¡Por vosotras!!.
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