En esas tiendas de barrio se puede encontrar casi de todo, desde legumbres a granel o especias hasta jabón en barra para la ropa o fruta de todo tipo, ellas son esas las típicas tiendas de barrio, de comestibles, así como frutería que todos recordamos.
Hoy casi han desaparecido, pero algunas sobreviven ante la competencia de las grandes superficies, y las que aún sobreviven defienden su negocio y destacan la atención personalizada al cliente como su principal valor.
Esas tiendas, son las que dan vida a los barrios, incluso son las que revalorizan las viviendas porque a todos nos encantan las zonas de la ciudad en las que todo está a mano, son esas que las tenemos al lado de casa, esas en las que dando un paseo se puede hacer la compra.
Sinceramente me da mucha rabia cuando veo que cierran las tiendas y comercios de barrio, esas que abrían a todas horas, en las que nos conocían y donde nos recomendaban comprar algún producto y en las que nos "fiaban" si no llevábamos dinero para pagar en el momento.
Sin embargo, en cierto modo somos responsables del cierre de las tiendas tradicionales de comestibles, todos hemos dejado de ir a la carnicería, a la pescadería, a la frutería, para sustituir esos comercios tradicionales por visitas a las grandes superficies y los hipermercados.
Si queremos tener tiendas de barrio, tenemos que comprar en ellas o las estaremos condenando a cerrar, yo pienso que comprar en estas tiendas del barrio de vez en cuando debería ser casi obligatorio moralmente para los vecinos.
Deberíamos hacerlo por solidaridad, porque hay que ayudar de alguna manera a los pequeños comercios que aguantan frente a las grandes cadenas de supermercados de barrio, grandes almacenes e hipermercados.
Si tienes la suerte de contar con uno de estos comercios en tu zona, no dejes de comprar en él, y estarás poniendo tu granito de arena para conservar uno de los tesoros de la vida en nuestra ciudad.
Muchos de los dueños de estas tiendas están próximos a jubilarse, sin recambio generacional en la familia con interés en continuar el negocio familiar, nadie les tomará el relevo, y con ellos se extinguirá el reflejo de una forma de vida no tan lejana.
Las fotografías que contiene esta página
son de la tienda de Mercedes López Nuñez
de la calle Suárez Somontes.
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son de la tienda de Mercedes López Nuñez
de la calle Suárez Somontes.
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Yo recuerdo la tienda de comestibles (antes llamados Ultramarinos) que había frente a mi casa en la calle Benegas: Ultramarinos Cubino. Y ese olor tan característico que desprendía.
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